lunes, 28 de enero de 2013

Yo, violador


¿Querían pruebas de que el trabajo es enajenante? Desde que estoy trabajando, mi producción escrita se ha ido por el drenaje, practicamente...Vamos a lo que nos compete, ahora.

                                           *                   *                   *

   No pienso dar nombres, más porque me cayó re bien cuando lo conocí.

   Charla de hombres, las cosas que se charlan siempre. Llegamos al punto de hablar de mujeres: la lucha por conquistarlas, su sintomatología psíquica, todas las pavadas que se hablan en torno a ello. Terminada la reunión, surgió un planteo más o menos así, seguro, nunca se lo preguntaron:

- "Si a vos te confirman que vas a morir mañana, ¿Qué hacés?". A lo cual, tras mi sencilla explicación de que yo soy feliz con pequeñas cosas y alcanzando metas a corto plazo, y que la vida para mí pasa más allá de la joda y el escabio (sin desatender esas cosas), él respondió...

- "Yo me volvería un violador".

   Interesante...Esta pregunta es como liberadora del deseo, la necesidad o la meta más urgente de ser alcanzada. Muchos se levantan todos los días y se acuestan pensando cuándo se van a recibir en la carrera ensoñada. Otros, menos escrupulosos, que tienen que ahorrar para comprar tal o cual cosa. Ante esta pregunta, los primeros hubiesen respondido visitar algún lugar recóndito del mundo, otros, ver a tal o cual artista en vivo, o quizás visitar a un pariente o amigo antes de partir. Este espécimen de tipo pareciera que basa su felicidad en el acto sexual, al punto tal de reducir su experiencia de vida a ello.

   No vamos a analizar la frase del tipo. Alguien que cursó y aprobó el segundo año de secundaria sabe (o debería saber, maldito seas polimodal) lo básico en materia de educación sexual, y de la gravedad de violar a una persona. Cómo se van a dar cuenta, si la música popúlar hasta hoy reivindica la degradación de la mujer, la violencia sexual y de todo tipo, y las prácticas carcelarias. Dense cuenta hasta el punto que, para demostrar su gran hombría, amenazan a un tipo de "romperle el culo". Que hombre que sos, estás fifando con otro tipo. Perdón, me fui de boca, en otra nota hablaremos de homofobia y de raperos pelotudos.

   Esto no es nuevo. Hace cuánto existe este ideal pedorro de vivir el hoy. No se trata de "Carpe diem", una enseñanza que invita al individuo a gozar en profundidad el éxtasis de la experiencia mundana más sencilla. Por el contrario. Esto va más bien por el lado del "Just Do It" de la posmo abaratada, de la necesidad inmediata y estúpida, del hedonismo más berreta. No quiero extenderme en esto, tampoco me gusta ponerme en lugar de viejo choto en su cruzada contra el placer. Mejor, dediquémonos a hablar de lo pobre que es el que opta por "ser violador".

   Ya lo dijo el negro Dolina, persona a quien robo, digo, debo varias de mis ocurrencias. Decía más o menos que, siendo uno más inteligente, goza de más y de mejores placeres. Al escuchar esa idea, inmediatamente, asocié "placer" a lo que se capitaliza en el imaginario como tal: sexo. Ergo, el sexo por el sexo, el coito en su expresión lisa y llana, es la forma de placer más pobre, básica y fácil de pasar el tiempo. Ya lo dijo aquel chiste popular de "yerba no hay"...Fíjense cuánta gente a su alrededor hace alarde de gozar de una sexualidad plena, poniéndola en primera plana en lo que respecta a su vida social; fíjense luego en la gente que habla de los libros que lee, de los lugares que visitó o de las actividades que emprende; ahora comparen su nivel de instrucción, inteligencia, o como le quieran decir. La estupidez social nos hace pensar que éstos últimos no gozan sexualmente, pero la realidad es que esto es más bien una pirámide: obvio que cogen, y además de ello, leen, se instruyen, se informan; gozan más de más cosas, y dada la sensibilidad e inteligencia que los caracterizan, ¡Es casi seguro que gozan más sexualmente y garchan mejor que cualquier boludito parado en la esquina! Hagan la prueba. No se lo digan a las botineras, porque al toque los futbolistas no se reproducirían más, lo cual llevaría a un incremento demográfico de la inteligencia y...¡Oh! Tema para otra nota...

   Hay una contradicción dificil de tapar en este desbocado (el corrector ortográfico sugirió "descocado", lo cual va como piña sintáctica y semánticamente) deseo sexual: ese sujeto hace una hora daba cátedra de cómo había de conquistar a una mujer, y como todo típico macho argentino ignorante, hablaba de las muchas aventuras románticas que tuvo. Una persona con una sexualidad sana no tiene la necesidad de arruinarle la vida a una muchacha porque tiene un problema para consumar el coito. Más allá de eso, una persona que tiene una vida sexual plena no tiene que hacer uso de la violencia para tener relaciones sexuales. Acá es donde el lector sospecha de mi exageración. La violación ocurre más de lo que pensamos, no es producto de la prensa sensacionalista, ni es algo nuevo. La violencia sexual siempre fue normal. Si la mujer es un objeto y de repente no me da bola, ¡Hay que educarla!

   Sí. Estos tipos son, en su mayoría, lo que las hijas y las hermanas de entre 12 y 25 años eligen para salir a tomar algo. Mejor dicho, la mayoría de este muestreo de mujeres los prefiere. Sea porque el instinto animal sigue siendo fuerte y no ven más allá de la apariencia, o porque medios como revistas para mujeres y novelas costumbristas de barrio muestran al macho como el que todas se quieren voltear, haciendo un modelo de tipo con el cual juntarse. Mas admito que acá sí estoy exagerando, un mal ejemplo no se cura mediante un estereotipo negativo. Eso es algo un poco fascista para mi gusto. Les dejo a los hermanos mayores y padres conservadores la tarea de perseguir y castrar a estos atorrantes. Quién mejor para cazarlos que aquellos que, en otra época, eran la misma mersa. Más allá de cuidar el rancho, en realidad, es porque el macho argento siente que se lo cogen a él cuando se fifan a...¡Volvé, Rey, volvé! Ya me puse muy chabacano...

   Volviendo a la violencia de género, salieron cosas interesantes además de tácticas infalibles y jamás contadas. Se habló sobre el lugar de la mujer en la sociedad en relación a la de seducción. Según explicaba el Profesor Bufarra, en resumidas cuentas, ahora es más dificil levantarse una mina dadas las libertades y derechos de los cuales goza (en teoría). Tiró ese típico "me parece bien que...pero la verdad...", típico de marmota doble-discurso ignorante y vergafloja. Saben qué, ¡En eso tiene razón! Es obvio que antes bastaba con vestirse de camisa, perfumarse y tener buenas yantas, poner caripela de buen tipo y salir con chamullos de jardín de infantes onda "yo no soy como los demás", "me parece que nos conocemos" y "te hablo porque te quiero conocer, me parecés re linda y no sabía cómo"...bla bla bla. Desde que la mujer tiene a su cargo su propia manutención, maneja otro nivel de necesidades. Hasta hoy está la típica mujer materialmente dependiente que usa sus encantos para obtener pareja (acá no se usa la palabra con "P", porque no tiene nada que ver), no lo neguemos, pero están en extinción. La mujer que tiene un buen laburo, un título universitario, un lindo depto y hace su vida, no se va a fijar en el guachito piola. Va a buscar alguien que sea compañero, si lo necesita, claro.

   Vamos a ilustrarlo en paralelo a la escena de "Tiempo de valientes" ("hoy todas las mujeres engañan a sus maridos"). Los hombres tenían el lugar dominante porque las mujeres eran reprimidas y no elegían con quien casarse, sea por arreglo entre familias reales antes de la revolución de 1789, o por necesidad de manutención, como en la revolución industrial. De allí que necesitasen buscar a "ese vago atorrante" que atienda a sus necesidades venéreas. Hoy ninguna mujer tiene que depender de nadie, y las mujeres se enganchan con el tipo que quieren, ¡Así que hoy vos sos un pelotudo más!

   Supongo que por eso "son todas putas", y de allí la necesidad de volverse violador...

   Tipos como este sólo enmarcan que los tipos como quien les escribe y como ustedes, lectores, estamos atravesando una época dorada para nuestra reproducción, una temporada de apareamiento que nunca terminará, una primavera eterna. ¡A disfrutarla!






martes, 1 de enero de 2013

MMXIII



Por recomendación de una vieja amiga, y dada la gran cantidad de llamados que puede haber en una oficina un primero de Enero, hoy me dispuse a (terminar de) leer un libro. "Demián" de Hernan Hesse relata la juventud de un muchacho (Sinclair) crecido en el seno de una familia acaudalada y sobreprotectora. Pido perdón a los estudiosos de letras por este resumen brutal.

En su vida, Demián y otros personajes se convierten en factores de transformación, oscila entre dos mundos que él delinea, en resumidas cuentas, un "mundo bueno" y un "mundo malo". Para por varias etapas de maduración, introspección e intercambios filosóficos tan sólo para descubrir más tarde que en la vida uno no predica el bien o el mal, sino que se encuentra en una extraña mezcla o equilibrio entre ambos. Lo que cobra importancia, más allá de esa elección, es la libertad y los cojones de tomar el destino en manos de cada uno, y ser un factor de cambio. Llevar las riendas de la vida de cada quien.

Un símbolo característico que marcaría a Sinclair es el dibujo de un pájaro en la entrada de su casa. Más tarde descubriría que es un pájaro volando fuera del cascarón. Esta alegoría pretende decirnos que todos tenemos la capacidad de romper las barreras de lo que nos ponen frente a los ojos como "realidad" e ir más allá.

Palabras más, palabras menos, eso es lo que me llevo del libro. Hoy leí estos fragmentos con pasión, y es un resumen del rumbo que he de tomar, y una invitación a que cada quién pueda entenderlo y llevarlo a cabo. Dos fragmentos hablan sobre la sociedad y despegar de la masa, para alcanzar un estadio superior, pues sólo así el hombre es dueño de su destino, sólo así escribe la historia...

Sobre los dos restantes, no se trata de otra cosa más que del combustible del alma para alcanzar los deseos...y amor...

                                                    *            *            *


Sin darnos cuenta nos encontramos en medio de un diálogo extraño y lleno de presagios. Siguiendo la conversación de Demian con el japonés, hablamos de la vida estudiantil; y de este tema pasamos a otro que parecía muy lejano. Sin embargo, en las palabras de Demian se fundían ambos íntimamente.

Habló del espíritu de Europa y del signo de nuestra época. Por todas partes -dijo- se extienden el grupo y la manada, por ningún lado la libertad y el amor. El espíritu de corporación, desde las asociaciones estudiantiles y los coros hasta las naciones, no es más que un producto de la necesidad. Es una solidaridad por miedo, temor y falta de imaginación; en su fondo está carcomida y vieja, a punto de desintegrarse.

-La solidaridad -dijo Demian- es algo hermoso. Pero lo que vemos florecer por ahí no es solidaridad. Volverá a renacer del conocimiento del individuo por los individuos y durante algún tiempo transformará el mundo. La que hoy existe no es más que espíritu gregario. Los hombres se unen porque tienen miedo los unos de los otros; los señores se asocian, los trabajadores se asocian, los sabios se asocian. ¿Y por qué tienen miedo? Sólo se tiene miedo cuando se está en disensión consigo mismo. Tienen miedo porque nunca se han reconocido a sí mismos. ¡Una sociedad de hombres que tienen miedo de lo desconocido que anida en ellos! Todos se percatan de que sus leyes de vida no funcionan ya, de que viven según los viejos códigos y que ni su religión ni su moral corresponden a lo que necesitamos. Durante cien años y más, Europa no ha hecho más que estudiar y construir fábricas. Todos saben con exactitud cuántos gramos de pólvora se necesitan para matar a un hombre; pero no saben cómo se reza a Dios, no saben siquiera cómo se pasa un rato divertido. ¡Mira las tabernas de los estudiantes! O un lugar de diversión donde se reúne gente rica. ¡Desesperante! Querido Sinclair, de esto no puede salir nada alegre. Los hombres que se apiñan acobardados están llenos de miedo y de maldad; ninguno se fía del otro. Son fieles a unos ideales que han dejado de serlo y apedrean a todo el que crea otros nuevos. Presiento graves conflictos. Vendrán, créeme, vendrán pronto. Naturalmente, no «mejorarán» el mundo. Que los obreros maten a los empresarios, o que Rusia y Alemania disparen una sobre otra, nada altera la situación; sólo cambian los dueños. Pero no será completamente en vano. Hará patente la miseria de los ideales actuales; se saldarán las cuentas con los dioses de la Edad de Piedra. Este mundo, tal como es ahora, quiere morir, quiere sucumbir y lo conseguirá.

-¿Y nosotros? -pregunté.

-¿Nosotros? ¡Oh!, quizá sucumbamos con él. También nos pueden matar. Sólo que con eso no acabarán con nosotros. En torno a lo que quede de nosotros, o en torno a los que sobrevivan entre nosotros, se agrupará la voluntad del futuro. Y se mostrará la voluntad de la humanidad, que nuestra Europa ahogó con su feria de técnica y ciencia. Entonces se demostrará que la voluntad de la humanidad no se identifica nunca, en ningún lado, con las sociedades actuales, los Estados, las naciones, las asociaciones y las Iglesias. Porque lo que la naturaleza quiere hacer del hombre, está escrito en cada individuo, en ti y en mí. Estaba escrito en Jesucristo y está escrito en Nietzsche. Cuando las sociedades actuales se derrumben, habrá sitio para estas corrientes, las únicas importantes, que naturalmente pueden variar cada día.

                                                    *            *            *

Presentíamos, claramente expresado o no, que se aproximaba ya una nueva aurora y un derrumbamiento de lo presente. Demian me decía a veces:

-Lo que se avecina es inimaginable. El alma de Europa es un animal que ha estado atado demasiado tiempo. Cuando esté libre, sus primeros movimientos no serán los más amables. Pero los caminos y los rodeos carecen de importancia con tal de que salga a la luz del día la verdadera miseria del alma que ha sido negada y ha estado adormecida durante tanto y tanto tiempo. Ese será nuestro momento; entonces nos necesitarán no como guías o nuevos legisladores -porque nosotros no viviremos las nuevas leyes- sino como seres dispuestos a seguir y a acudir donde el destino nos reclame. Mira, todos los hombres son capaces de hacer lo increíble cuando están amenazados sus ideales. Pero ninguno está dispuesto cuando se presenta un nuevo ideal, un nuevo movimiento de expansión quizá peligroso y misterios. Los pocos que estaremos preparados seremos nosotros. Por eso estamos marcados, como estaba marcado Cain, para despertar miedo y odio y sacar a la humanidad de su idílica estrechez hacia lejanías de peligro. Todos los hombres que han influido en el curso de la humanidad fueron, sin excepción, capaces y eficaces porque estaban dispuestos a aceptar el destino. Lo mismo Moisés que Buda, Napoleón o Bismarck. Nadie puede elegir la corriente a la que sirve ni el centro desde el que es gobernado. Si Bismarck hubiera comprendido a los socialdemócratas y se hubiera amoldado a ellos, hubiese sido un hombre sabio, pero no un hombre del destino. Así pasó con Napoleón, César, Loyola, ¡con todos! Hay que imaginarse todo esto desde un punto de vista ideológico e histórico. Cuando las transformaciones de la corteza terrestre arrojaron a los animales acuáticos a la tierra y a los animales terrestres a las aguas, fueron los ejemplares preparados a aceptar el destino los que pudieron amoldarse a lo nuevo e inesperado y salvar así su especie. No sabemos si tales ejemplares eran los que antes habían destacado como conservadores o, por el contrario, como originales y revolucionarios. Estaban preparados y por eso salvaron su especie para nuevas evoluciones. Eso es lo que sabemos. Por eso queremos estar preparados.

                                                    *            *            *


De vez en cuando me sentía inquieto y los deseos me atormentaban. Creía no poder resistir verla junto a mí sin estrecharla entre mis brazos. También esto lo notaba en seguida. Una vez estuve varios días sin aparecer; por fin volví confuso y ella me condujo a un lado y me dijo:

-No debe usted entregarse a deseos en los que no cree. Sé lo que desea. Pero tiene que saber renunciar a esos deseos o desearlos de verdad. Cuando llegue a pedir con la plena seguridad de que su deseo va a ser cumplido, éste será satisfecho. Sin embargo, usted desea y al mismo tiempo se arrepiente de ello con miedo. Hay que superar eso. Voy a contarle una historia.

Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella. Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos. Pero sabía, o creía saber, que una estrella no puede ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dio unos pasos hacia adelante y 5& lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella.

-El amor no debe pedir -dijo-, ni tampoco exigir. Ha de tener la fuerza de encontrar en sí mismo la certeza. En ese momento ya no se siente atraído, sino que atrae él mismo. Sinclair: su amor se siente atraído por mí. El día que me atraiga a sí, acudiré. No quiero hacer regalos. Quiero ser ganada. Un tiempo después me contó otra historia. Se trataba de un enamorado que amaba sin esperanza. Se refugió por completo en su corazón y creyó que se abrasaba de amor. El mundo a su alrededor desapareció; ya no veía el azul del cielo ni el bosque verde; el arroyo ya no murmuraba, su arpa no sonaba; todo se había hundido, quedando él pobre y desdichado. Su amor, sin embargo, crecía; y prefirió morir y perecer a renunciar a la hermosa mujer que amaba. Entonces se dio cuenta de que su amor había quemado todo lo demás, de que tomaba fuerza y empezaba a ejercer su poderosa atracción sobre la hermosa mujer, que tuvo que acudir a su lado. Cuando estuvo ante él, que la esperaba con los brazos abiertos, vio que estaba transformada por completo; y, sobrecogido, sintió y vio que había atraído hacia sí a todo el mundo perdido. Ella se acercó y se entregó a él: el cielo, el bosque, el arroyo, todo le salió al encuentro con nuevos colores frescos y maravillosos; ahora le pertenecía, hablaba su lenguaje. Y en vez de haber ganado solamente una mujer, tenía el mundo entero entre sus brazos y cada estrella del firmamento ardía en él y refulgía gozosamente en su alma. Había amado y, a través del amor, se había encontrado a sí mismo. La mayoría ama para perderse.

                                                    *            *            *

Mi amor hacia Frau Eva era el único sentido de mi vida. Pero ella cambiaba cada día. A veces creía sentir con seguridad que no era su persona por la que se sentía atraída mi  alma, sino que ella era un símbolo de mi propio interior que me conducía más y más hacia mí mismo. A menudo oía palabras de ella que me parecían respuestas de mi subconsciente a preguntas acuciantes que me atormentaban. Había momentos en los que me devoraba el deseo y besaba los objetos que habían tocado sus manos. Y lentamente fueron superponiéndose el amor sensual y el amor espiritual, la realidad y el símbolo. Podía suceder que en mi habitación pensara en ella con tranquila intensidad y sintiera su mano en mi mano y sus labios en los míos. Otras veces estaba con ella, miraba su rostro, le hablaba, escuchaba su voz y no sabía si era realidad o sueño.

Comencé a intuir de qué modo se puede poseer un amor eternamente. A veces, leyendo un libro, descubría una nueva idea; era como un beso de Frau Eva. Me acariciaba el pelo y me dedicaba una sonrisa cálida y perfumada, y yo tenía la misma sensación de haber dado en mí un paso adelante. Todo lo que me era importante y definitivo, adquiría su figura. Ella podía transformarse en cada uno de mis pensamientos, y cada uno de mis pensamientos en ella.

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Así es, leés esto y salís hecho un superhombre Nietzcheliano. Mejor dicho, es sólo un comienzo, o como en mi caso, un pasito más de un eterno camino. Bueno pues, es hora de que me pare frente al acantilado y salte hacia las estrellas. Todo año es una oportunidad más de abrazar el firmamento, o cuanto menos, arañar de a poquito hasta llegar a algún lado. Queda solamente decir que este es sólo uno de tantos retazos de sabiduría que espero seguir encontrando. Les deseo a todos en este nuevo año...¡Que digo para el año! Como dice Manuel Mandeb:

"Le agradezco y retribuyo los deseos navideños, con protestas de afecto y reembolso de esperanzas: comparto su manera de deseas, por lo menos, una "feliz década" cuando en la economía anímica de los más, el miserable uso es desear para el otro "un feliz año". ¿Y después?: que un mal rayo te parta".

¡JUA, JUA!...ehm, es decir: ¡Contundente!

Mis mejores deseos para una vida próxima de renacer a efectos del final de esta lectura.

¡Hasta la próxima, che!